A veces la confianza entre un empleador y un empleado llega a tal punto bajo aquél u otra parte desea grabar conversaciones o reuniones entre ellos. Esto puede ocurrir cuando las notas escritas de una reunión disciplinaria o reclamo disputado (o inexistente), o cuando un empleado se siente que él/ella se ve sometido a la discriminación o acoso.
Hace varios años, frente a un empleado agraviado que había disputado las notas de todas las reuniones que han tenido lugar hasta que punto, arreglé para que un transcriptor profesional escribir notas literales de la audiencia de apelación en una máquina especial - al igual que los utilizados en los tribunales. Fue fascinante ver, y ayudó a poner para las interminables disputas sobre la cama que lo que había dicho.
Grabaciones de Verbatim son mucho más fácil hoy en día: dispositivos de grabación de voz son baratos y discreto, y la mayoría de los teléfonos inteligentes tienen instalaciones de grabación. Así que con permiso, se puede grabar cualquier discusión - y de hecho, se pueden hacer fácilmente grabaciones encubiertas. ¿Pero pueden admisibles como evidencia en casos de Tribunal grabaciones encubiertas?
La respuesta corta es: depende.
En un caso reciente donde un reclamante alega que su empleador había mentido en su ET3 (formulario de respuesta del Tribunal de empleo) presentó en defensa de su reclamación de discriminación, se negó a suministrar independientes transcripciones del material grabado secretamente antes de la audiencia, ni hizo ella explicar al tribunal precisamente cómo el material era pertinente para su caso. Ella no fue permitida utilizar el material probatorio.
Por otra parte, en un caso anterior de un ayudante que grabó secretamente su reunión disciplinaria, las partes de esas grabaciones donde el empleado estaba presente consideraron admisibles. Las partes grabadas después de la reunión sin el conocimiento del empleador, donde tenían una expectativa razonable de privacidad, no era. En este caso, la diferencia fue que el reclamante presentó una transcripción completa y precisa antes de la audiencia, y mostró claramente cómo el material era pertinente a su reclamación.
Los empleadores necesitan ser conscientes, por lo tanto, que los empleados pueden grabar secretamente reuniones o conversaciones y no deben decir nada "off the record" que ellos desearían no entran en el dominio público. Pueden decidir prohibir la grabación encubierta de toda discusión o reuniones, lo que es una ofensa disciplinaria para ello, que podría persuadir tribunal juzga no para admitir esas pruebas en cualquier caso futuro.
Más al punto, deben mirar a sus procesos de gestión y a la cultura de la organización y asegurar que los empleados no tienen nada que ganar haciendo grabaciones encubiertas en el primer lugar.