Cuando una persona tiene diabetes tipo 2 durante muchos años, son mucho más susceptibles a las heridas se infecten. Defensa del cuerpo no funciona tan bien como debería si la diabetes no controlada y el azúcar en la sangre niveles altos. Debido a la disminución de la inmunidad, son lentas sanar las heridas e infecciones de la piel. Saber cómo identificar con precisión cuando una herida necesita atención y saber cómo administrar lo que es necesario, es muy importante para evitar que la herida progresa en una condición mucho más grave.
Aunque las heridas diabéticas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, son más propensas a desarrollar en las manos y particularmente en los pies. Pies son, por lejos, la localización más probable debido a otras complicaciones médicas tales como la pérdida de sensibilidad en los pies y dedos de los pies y reducción la circulación.
Las heridas en las piernas y los pies a menudo son fáciles de perder por varias razones. En primer lugar, es porque la mayoría de las personas no controlan rutinariamente la salud de sus pies si están experimentando algún tipo de malestar. En segundo lugar, es porque el daño a los nervios podría camuflar la incomodidad y hacer más difícil para el individuo al sentido.
Para un no diabéticos, una herida sanará por sí mismo, a su debido tiempo sin mucha ayuda del individuo. Pero los diabéticos son diferentes. Cuando tienen una herida su cuerpo no le permite curar de la manera habitual. Su enfermedad en realidad impide su curación y permite que se infectan y empeorar en severidad. Por esta razón temprana detección y el tratamiento es vital...
1. Tan pronto como usted descubrir una herida que debe tomar acción. Tienes que enjuagarlo con agua tibia (no caliente) - jabón ni productos químicos que pueden causar la herida que se irrite.
2. Ligeramente dab seque el área con una toalla limpia y suave. Tenga cuidado de no permitir la toalla para pegarse a la zona que puede ocurrir fácilmente si sostienes la toalla en su lugar.
3. Aplicar algún tipo de crema antibiótica a la zona. Su médico o un farmacéutico será capaz de aconsejarle qué tipo será lo mejor para su situación.
4. Cubra la zona con un vendaje limpio que evitará que la suciedad penetre en la herida.
5. Asegúrese de cambiar el vendaje por lo menos una vez cada día y más a menudo si comienza a drenar o se irritan. Vuelva a aplicar el ungüento cada vez que cambie el vendaje, según sea necesario.
6. Revise su herida cada vez que cambia el vendaje para asegurarse de que está sanando correctamente.
7. Informar a su médico si aparece que no se está curando la herida, si la herida está drenando o forma un absceso.