Cuando miro a los tres siglos de música vocal Europea de 1700, veo dos enfoques principales encontrados en el trabajo. Handel y sus contemporáneos heredan una edad de exhibición donde habilidades vocales tenían precedencia sobre la narrativa psicológica primordial. (Bach fue la excepción). Para expresar las emociones eran fuertes pero limitada. Era una psicología de las relaciones personales - amor, celos, coraje, decepción, tristeza - en lugar de una comprensión arquetípica que condujeron a la acción. Esto fue codificada y intellectualised de Racine y sus contemporáneos en una serie de efectos a pesar del antiguo tema, que, intrínsecamente, también podría permitir el desarrollo arquetípico.
Gluck lideró un movimiento lejos de la pantalla, pero no, quiero aclarar, de las interacciones puramente humanas, que eran su principal preocupación. Fue seguido por el realismo infeccioso de Mozart, que permitió también para la reflexión y un significado más profundo en la música. Beethoven y Berlioz siguieron esta pista. Es posible que los acontecimientos políticos y sociales contemporáneos, incluyendo la revolución francesa, un papel fuerte, que involucra como hicieron grandes porciones de la población. Como las cosas se calmaron políticamente a principios del siglo XIX, un cambio hacia pantalla se hizo evidente con las líneas vocales adornadas de un Rossini o un Donizetti, o el virtuosismo de un Paganini en música instrumental. Verdi y Wagner se llevaron otra vez, esta vez por la corriente del romanticismo, hacia un enfoque más profundo que culminaron musicalmente en el expresionismo de Strauss y Mahler y políticamente en los horrores de la primera guerra mundial.
El siglo XX fue más complejo. Como las poblaciones crecieron y proliferaron los malentendidos interculturales, música esto reflejado de diferentes maneras, irrumpiendo en muchos diferentes corrientes fuertes como jazz, pop y continua exploración clásica, así como los elementos folkish que siempre habían existido. La crisis existencial que culminó en la segunda guerra mundial se reflejó en la seriedad y profundidad de la composición clásica europea más, como muestra de Sibelius, Britten, Debussy, Janacek y muchos más.
Comercialización y publicidad crecieron y una sensación general de bienestar, a pesar de la guerra fría, impregnó las sociedades occidentales, música revirtió para mostrar, en la cultura pop o en el regreso a la actuación de bel canto composiciones donde una forma de atletismo musical volvió primordial. Con el posmodernismo y el culto del egoísmo y últimamente el internet, se ha convertido en mucho más difícil para la profundidad reflexiva prevalecer, a pesar de balizas como Ades y Brett Dean.