Si existiera cualquier objetivo que nadie y todo el mundo que nunca ha pisado esta tierra, era alcanzar la felicidad. Es increíble cómo un concepto indefinible que existe exclusivamente en el ámbito de nuestra imaginación así que ha cautivado a toda la humanidad. El otro paralelo es quizás, la religión. Como el Santo Grial, la gente desde tiempos inmemoriales ha sido en su búsqueda, y salvo muy pocos, todos han podido realizar de manera permanente; para aquellos que tienen, han hecho a las páginas de las escrituras. Es cierto que todos nosotros hemos experimentado felicidad como puntuaciones en nuestras vidas, pero sólo por poco tiempo en el mejor. Esta realización incompleta y temporal del sueño ha despertado el apetito por más y así nació la búsqueda de la felicidad eterna en todos nosotros.
Pero ¿qué es exactamente la felicidad? Pocos rara vez reflexionen, pero todos están en la búsqueda. Tal vez podría definirse como un estado de euforia, donde la mente está desprovisto de cualquier cuidado o preocupación. Es un estado emocional que uno hace apreciar y disfrutar de la vida, para amar y ser amados. En el lenguaje moderno, se llama un estado de alta cuando la mente percibe todo como hermoso y brillante, agradables de interacciones humanas y el mundo suave y hospitalario. Es un estado que permite el alma para absorber los nutrientes de la vida fácil y sencilla, un punto donde el subliminal se encuentra con placeres de la realidad.
Para la realización de la felicidad, uno debe ser capaz de dispersar cualquier y todas las formas de tristeza. Cualquiera que sea el estímulo, la mente tiene que abandonar la negatividad totalmente. Aunque es posible alternar entre felicidad y tristeza, no es posible experimentar ambos al mismo tiempo, a menos que tal vez en una figura retórica. Es una propuesta mutuamente excluyente. Puesto que la felicidad y la tristeza de su antítesis son un estado de ánimo, tenemos muy poco control sobre ella porque tanto como nos gustaría, no podemos torcer y girar la mente con una llave, ni podemos nosotros batirlo en forma con un martillo. A diferencia de un cuerpo enfermo que puede someterse a máquinas para la curación, no hay ningún dispositivo para domar la mente. En la ausencia de un mecanismo de control de la mente, felicidad desafía el esfuerzo humano para forzar a la sumisión.
Es anfitrión de la mente, el cerebro, funciona en electrones y puede ser químicamente alterado y engañar a un estado de fantasía. Armados con este hecho, personas han intentado someter químicamente el cerebro con drogas. Informe de los adictos a la consecución de un estado de euforia cuando en inductores como por ejemplo alcohol, cannabis y opioides analgésicos. Como la falsa Aurora antes del amanecer, esta forma de felicidad secuestrado tiene una vida útil limitada de un par de horas en el mejor. Para aquellos calificados como adictos, incluso esta limitada es aceptable preferencia su ausencia completa. Desafortunadamente, naturaleza gusta ser engatusados, no forzado. Como resultado, en cuanto desaparecen los medicamentos, la mente realiza habían sido engañado y procede a extraer su venganza en el cuerpo. Y todos conocemos el precio que los adictos tienen que pagar en tiempos de retiro.
El enfoque alternativo a un estado de felicidad drogado es uno de control mental. Yoga y la meditación son en los corredores delanteros en este campo. La técnica consiste en intentar separar la mente del cuerpo. Así liberado de la esclavitud física, se dice que la mente flota naturalmente en un estado de felicidad. Sí, más fácil decirlo que hacerlo! Pocos si alguno entre nosotros, tenemos esa fuerza de voluntad y disciplina para controlar nuestro cuerpo a voluntad, por no hablar de lo abstracto. Imágenes del Señor Buddha vienen a la mente inmediatamente. Pasar las páginas de las escrituras y verá Señor Jesucristo, Señor Krishna, Guru Nanak-ji y sus discípulos y ermitaños en todo el mundo practicando y predicando las técnicas de meditación a través de oraciones, cantos y recuento de granos. Lo interesante es tener en cuenta que lo hacían en el refugio, lejos del bullicio de la vida. Interesante también es el hecho de que todas estas escenas de las escrituras han sido representadas con surrealista serenidad y calma; ¿tal vez acentuar el punto donde la miseria da forma y felicidad asume el control?
Ahora debemos volver a los mortales como nosotros. Es innegable que cualquier hombre medio salto hacia arriba en la alegría si ganó un billete de lotería. ¿Yo uso la alegría del término en la ausencia de una buena alternativa y porque las palabras y alegría se han utilizado tradicionalmente en tándem, pero hace esta alegría llevan necesariamente a la felicidad? ¿Pueden dinero o materiales sólo proporcionar y mantener la felicidad? ¿Si hipotéticamente, esa persona continuamente ganado boletos de lotería, habría garantizado felicidad para la vida? ¿No puede negarse el dicho de que la falta de dinero es la raíz de todo mal, pero es lo contrario de él también cierto? Ojalá que tuviera un multimillonario para responder que uno para mí.
Aunque chispas ocasionar un incendio, pero el fuego no es ninguna chispa. Esa diferencia es de profunda importancia. ¿Sería razonable asumir esa felicidad de disparadores de alegría, pero luego lo sustenta? Esa es la pregunta de millones de dólares. ¿Qué es ese combustible inexplicable que hace la felicidad quemar más?